El economista y director del World Economic Laboratory del MIT adelantó parte del análisis que realizará en el Seminario Económico Security.
En entrevista en El Mercurio, el director del World Economic Laboratory del MIT explicó que: "Esta es una crisis enorme. A nivel mundial, ya pasamos la parte más aguda, y si no hacemos tonteras, no debiéramos tener otra caída tan profunda como la primera. Esto fácilmente le va a costar al mundo cerca de 6-10% de su producto relativo a su tendencia, aunque lo hagamos todo bien de acá para adelante. Luego, en promedio, perdimos entre 2 y 3 años de crecimiento mundial. El mundo saldrá muy frágil y vulnerable a nuevos shocks, con mucho endeudamiento público y privado. Todo esto es en términos de ingreso y producto, pero también hay elementos de progreso. Aceleramos el proceso de adopción de tecnología digital. Esto será positivo en el mediano plazo, pero tenemos que adaptar a la fuerza laboral a este cambio. Por otro, el enorme esfuerzo simultáneo en la búsqueda de vacunas y terapias nos dejará mucho mejor preparados para futuros problemas de este tipo”.
Además, Caballero, autor de numerosos papers e investigaciones en macroeconomía, finanzas y economía internacional agregó que “el principal riesgo somos nosotros, los seres humanos a nivel individual, y los políticos en particular. El retroceso reciente de Estados Unidos es el resultado de una combinación tóxica de un Presidente irresponsable y solamente preocupado de su reelección, y una población cansada de esperar, en particular entre los más jóvenes. Es de esperar que la lección haya sido aprendida. Este es un problema complejo, pero hemos aprendido mucho en el proceso, ya que hay un gran número de experiencias en todo el mundo y con suficientes diferencias como para identificar lo que ayuda y lo que agrava la crisis. Esto se aplica tanto a la parte sanitaria como a la económica. Creo que es posible recuperar 90% o más de la actividad económica hacia mediados del 2021, aunque mantengamos el virus dando vuelta entre nosotros. Por supuesto, con grandes diferencias a través de sectores y personas. Los restaurantes y bares lo pasarán muy mal por un período largo, y la población más vulnerable seguirá muy restringida”.
Al ser consultado por cómo ve la recuperación de la economía mundial, el economista dijo que “Curiosamente, China, el epicentro de esta pandemia, será una de las menos afectadas dentro de las grandes economías, y esto es principalmente porque fueron extremadamente agresivos en controlar el virus, y lo siguen siendo. Estados Unidos, por otro lado, ha cometido errores grandes y no ha logrado bajar los casos a un nivel suficientemente bajo como para poder identificar y reaccionar rápido a cualquier foco de infección. Ahora se nos viene el experimento de partir los colegios, veremos cómo sale eso. Dado el gran número de experimentos fallidos, espero que la gente empiece a calibrar mejor su comportamiento para adelante, independiente del ruido que venga de Washington. Cualquier pronóstico en este ambiente es altamente especulativo. El escenario central, de consenso, es una caída de alrededor de 6-8% en Estados Unidos y Europa, y un crecimiento de China entre 1-2% para el 2020; y un crecimiento alrededor de 5% para los primeros en el 2021, y 9-10% para China. Estos pronósticos para el 2021 tienen bastante riesgo a la baja”.
En tanto, sobre Chile señaló que “si no recupera luego su modo prudente y analítico, vamos a volver a ser un país mediocre (...) Se deben buscar soluciones bien estudiadas, no impulsivas y populistas”.
En ese sentido, concluyó que “Esta es una crisis extremadamente compleja, donde todos los países han ido aprendiendo en el camino. En los países más desarrollados, las políticas fueron efectivamente más agresivas, pero a un costo enorme. Estados Unidos disparó a diestra y siniestra. Algunas políticas fueron muy efectivas y otras fueron un despilfarro y fuentes de corrupción enormes. Chile no se puede dar ese lujo. Pero para sustituir esa falta de holgura, el Gobierno hizo una labor admirable en aprender de la experiencia internacional, tanto a nivel sanitario como de política económica”.
Al finalizar planteó que “en el corto plazo es importante ir haciendo las políticas cada vez más especializadas. No es lo mismo una persona de clase media trabajando desde la casa, que una cuya ocupación está en un sector muy afectado por el virus. Necesitan distinto nivel de apoyo. Y en el mediano plazo, no tendremos problema si no sacrificamos la tasa de crecimiento a la pasada. Por el contrario, si nos vamos por un camino populista, tendremos una crisis de deuda a la antigua con muy alta probabilidad”.
Y puntualizó que mientras el virus esté dando vuelta con fuerza, el tema principal no es el empleo, sino la sustitución del ingreso perdido en los hogares de menores ingresos.
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