El invierno no solo trae temperaturas más bajas y consigo un aumento en el consumo de energía eléctrica, especialmente por el uso de sistemas de calefacción. En una nueva nota de Saber Suma te ayudaremos a entender los factores que influyen en la tarifa, cómo se aplican los cargos adicionales y qué hábitos pueden reducir el gasto es clave para evitar sorpresas en la boleta.
El ajuste de la tarifa eléctrica en Chile se realiza cada seis meses, y durante el invierno suele presentar incrementos significativos. Esto se debe, en primer lugar, a que el 70% del costo final de la energía depende de contratos internacionales denominados en dólares. Cuando el tipo de cambio sube, como suele ocurrir en contextos económicos volátiles, el precio de la electricidad se encarece automáticamente. Expertos estiman que solo este factor puede elevar la tarifa hasta un 3,14% durante el nuevo periodo que comenzó recientemente en abril.
Además, los contratos de generación eléctrica firmados entre 2006 y 2014 incluyen cláusulas indexadas al precio de combustibles fósiles y al Índice de Precios al Consumidor (IPC) de Estados Unidos. Esto significa que, incluso si el consumo local se mantiene estable, fluctuaciones globales en estos indicadores impactan directamente en el valor final. Por último, la demanda energética aumenta en invierno debido al uso intensivo de calefacción, lo que presiona los costos de generación y distribución.
Antes de buscar ahorros, es fundamental entender cómo se compone la factura eléctrica. Factores como las horas punta (más caras) y la elección entre tarifas fijas o variables influyen en el monto final. Herramientas como la guía de Enel para entender la boleta son útiles para identificar patrones de consumo y ajustar hábitos.
Para reducir el consumo de luz y ahorrar en calefacción, es esencial adoptar hábitos que optimicen el uso de la energía sin sacrificar el confort de tu hogar. Aquí te presentamos algunas recomendaciones:
La calefacción eléctrica se presenta en diversas modalidades, cada una con sus características y aplicaciones específicas:
Ideales para espacios pequeños, estos dispositivos calientan el aire de manera rápida y uniforme. No requieren instalación compleja ni mantenimiento, y su portabilidad permite moverlos según las necesidades.
Aunque su inversión inicial es alta, su tecnología inverter ajusta el consumo según la temperatura requerida, reduciendo el gasto hasta un 40% comparado con sistemas tradicionales. Además, su función reversible lo hace útil todo el año.
Perfectos para calentar baños o zonas de uso temporal, estos equipos son económicos y cuentan con termostatos automáticos. Sin embargo, su ruido puede ser molesto en espacios silenciosos.
Con diseño portátil y programables, son ideales para salas de estar o estudios. Su aceite térmico mantiene el calor incluso después de apagadas, lo que optimiza el consumo.
Reducir el consumo eléctrico en invierno no requiere sacrificar el confort. Con acciones como sellar ventanas o elegir sistemas de calefacción eficientes, cada ajuste contribuye a una factura más baja. Además, entender cómo se calcula la tarifa permite tomar decisiones informadas, evitando cargos sorpresa, manteniendo el hogar cálido sin descuidar el bolsillo.