En medio del creciente nerviosismo en los mercados tras la quiebra de Silicon Valley Bank y Signature Bank en Estados Unidos, las cifras de inflación trajeron buenas noticias para la mayor economía del mundo.
Este martes el Departamento del Trabajo de Estados Unidos informó que el Índice de Precios al Consumidor (IPC) aumentó 0,4% en febrero, marcado por el fuerte crecimiento en el alquiler de viviendas y la baja en los valores de energía.
La cifra estuvo en línea con lo esperado por el mercado, y representó una desaceleración frente al 0,5% de enero. Así, en su medición en doce meses, el indicador tuvo un incremento de 6%, versus el 6,4% de enero, anotando además su menor alza interanual desde septiembre de 2021.
Con ello, el IPC continuó alejándose del máximo de 9,1% anotado en junio, cuando los precios alcanzaron su nivel más alto desde noviembre de 1981.
Pese a esta moderación en las alzas del IPC a nivel global, el IPC subyacente, que excluye los productos más volátiles como la energía y los alimentos, subió por sobre lo esperado: en el segundo mes del año se incrementó 0,5%, cifra mayor al 0,4% esperado por el mercado y al 0,4% registrado en el mes anterior.
No obstante, a doce meses el IPC subyacente disminuyó una décima llegando a 5,5% interanual en febrero.
Con estos datos, los analistas esperan que la Fed suba la tasa de interés en 25 puntos en su reunión de la próxima semana, aunque ante la delicada situación por la que atraviesa el sector financiero algunos, han cambiadod sus apuestas abriéndose camino a la opción de mantener la tasa en su nivel actual de 4,5%-4,75%.