Variación anual del Índice de Precios al Consumidor se mantiene en su mayor nivel en cuatro décadas, tras los datos de septiembre, que nuevamente mostraron un alza incidida por el incremento en precios de alimentos y bebidas.
Malas noticias para el gobierno de Liz Truss, la economía británica y especialmente para los bolsillos de los consumidores en Reino Unido. Este miércoles, la Oficina Nacional de Estadísticas (ONS, por sus siglas en inglés) dio a conocer el Índice de Precios al Consumo en el país, el que en el séptimo mes del año registró una variación de 10,1% respecto al mismo mes del año anterior, cruzando nuevamente la barrera de los dos dígitos.
Si bien en agosto el aumento en el costo de la vida había descendido dos décimas para situarse en 9,9%, solo un mes más tarde la situación se volvió a revertir dejando el indicador en el mismo nivel que tenía en julio. Este incremento en los precios, deja los niveles de inflación en su mayor registro desde 1982.
De acuerdo a los datos entregados por el ente estadístico, el aumento durante septiembre estuvo condicionado por la subida en los precios de la alimentación y las bebidas, con un alza interanual del 15%, la mayor desde 1980. Asimismo, en los primeros nueve meses del año, el precio de la electricidad ha subido un 54% y el del gas lo ha hecho un 95,7%.
Por su parte, el IPC subyacente, que deja fuera del cálculo los sectores más volátiles como la energía y la alimentación, anotó una incremento año a año del 6,5%, por encima del 6,3% registrado en agosto y el máximo registrado en los últimos treinta años.
En términos mensuales, los precios registraron en el noveno mes del año un incremento del 0,5%, misma variación registrada en agosto. Ésta alza fue mayor a la esperada por los analistas, quienes proyectaban un aumento de 0,4%.
Impactos en la arena política
En momentos donde la desaprobación de la primera ministra Liz Truss alcanza incluso a ocho de cada diez ciudadanos británicos, de acuerdo a encuestas conocidas esta semana, la cifra de inflación viene a complicar aún más el difícil panorama para la líder conservadora y sus propuestas en el terreno económico.
En los últimos meses, el IPC del Reino Unido ha mantenido una fuerte tendencia al alza, al igual que en el resto de las economías europeas, escenario que ha forzado al Banco de Inglaterra a aplicar una política de alzas en torno a los tipos de interés, buscando contener el aumento en el costo de la vida.
Actualmente la tasa de interés se ubica en 2,25%, su mayor nivel desde 2008, luego de que en su última reunión el instituto emisor aplicara una nueva subida de 0,5 puntos porcentuales a la tasa de referencia.