Variación anual del Índice de Precios al Consumidor llegó a 11,1%, su mayor nivel desde 2008. En octubre el aumento de los precios del gas y la electricidad empujaron al alza la cifra.
Mientras en nuestro país las presiones inflacionarias comienzan a moderarse, en Reino Unido aún no logran contener el alza sostenida en el costo de la vida.
El índice de precios al consumo (IPC) del Reino Unido se situó en octubre en el 11,1%, frente al 10,1% en septiembre, con lo que se sitúa en el nivel más alto en 41 años, según informó este miércoles la Oficina Nacional de Estadísticas (ONS). Con esta cifra no solo se supera en cinco veces la meta de 2% del banco central inglés, sino que además se dejan atrás las estimaciones del Banco de Inglaterra, que esperaban un máximo de 10,9%.
El alza fue impulsada mayormente por el aumento en los precios del gas y la electricidad, así como los incrementos en los alimentos. En la otra vereda, durante el décimo mes del año retrocedieron ligeramente los precios de los combustibles.
El director económico de la ONS, Grant Fitzner, señaló que "el aumento de los precios del gas y la electricidad empujó el índice de inflación en el nivel más alto en más de 40 años" y precisó que los precios del gas ascendieron casi el 130% mientras que los de la electricidad ascendieron en torno al 66%. Además, se registraron incrementos "en todos los precios de los alimentos", agregó.
Tras conocerse los datos, el ministro británico de Economía, Jeremy Hunt, advirtió que el control de la inflación requerirá "decisiones duras pero necesarias sobre impuestos y el gasto para ayudar a equilibrar las cuentas" públicas. Hunt anunciará mañana los planes del Gobierno para hacer frente a la difícil situación económica del Reino Unido por el alza de la inflación y ya ha advertido de que habrá aumento de impuestos.
Ante este difícil escenario aumentan las probabilidades de un nuevo aumento de los tipos de interés por parte del Banco de Inglaterra, que ya llega a 3%, su nivel más alto desde 2008. Según la misma entidad, el Reino Unido puede estar camino de entrar en recesión, que podría ser prolongada, aunque espera que la inflación baje significativamente a partir de mediados de 2023.