La inflación es un término que escuchamos a menudo, pero no siempre comprendemos por qué ocurre o cómo afecta nuestras finanzas. En esta ocasión indagaremos las causas, su representación y cómo puedes proteger tus ahorros de ella.
Este concepto se refiere al aumento general y sostenido de los precios de bienes y servicios en un país durante un periodo prolongado. Esto quiere decir que, con el tiempo, tu dinero vale menos, o sea, puedes comprar menos cosas con la misma cantidad. En Chile, se puede calcular la inflación a través del Índice de Precios al Consumidor (IPC) que analiza cómo varían los precios de una canasta básica de productos y servicios que consumen los hogares.
¿Por qué se produce la inflación?
Las causas de la inflación son diversas y entenderlas es clave para comprender su impacto en la economía y en nuestras finanzas personales. A continuación, repasamos los principales factores que la generan:
- Incremento de la demanda: Este es uno de los motivos más comunes y responde a la ley de la oferta y la demanda. Se produce cuando la demanda de bienes o servicios supera su oferta, lo que provoca un aumento en los precios. ¿Te acuerdas de cuando durante la pandemia todo el mundo necesitaba mascarillas y alcohol gel? Como la demanda era tan alta, los precios se dispararon.
- Aumento de los costos de producción: Cuando los costos de las materias primas, como la energía o el petróleo, suben, los productores elevan sus precios para mantener sus márgenes de beneficio.
- Inflación por expectativas: Este tipo de inflación se produce cuando tanto empresarios como trabajadores ajustan precios y salarios en anticipación a futuras subidas de precios. Esto puede generar un círculo vicioso, donde los aumentos salariales generan aumentos en los precios de los productos, y viceversa.
- Aumento de la base monetaria: Si un país imprime más dinero del que la economía puede absorber, es decir, si la oferta monetaria crece sin un respaldo equivalente en la producción de bienes y servicios, los precios tienden a subir rápidamente. Este fenómeno ha causado episodios de hiperinflación -concepto que abordamos más adelante- en diferentes momentos históricos, como ocurrió en países que tomaron decisiones de política monetaria expansiva.
Tipos de inflación
Dependiendo de la velocidad con la que suben los precios, podemos hablar de diferentes tipos de inflación:
- Inflación moderada: Se refiere a un aumento de precios que se mantiene en torno al 2-4% anual, lo que es manejable para los bancos centrales y no causa grandes perturbaciones económicas.
- Inflación alta: Cuando los precios suben a tasas superiores al 4% pero no alcanzan niveles críticos, los efectos sobre el ahorro y el consumo comienzan a sentirse con más fuerza.
- Inflación galopante: Es una inflación de dos o tres dígitos en un año, lo que provoca un fuerte deterioro de la economía y de los ingresos reales.
- Hiperinflación: Es la situación más extrema, donde los precios aumentan más del 1,000% anual, causando que el dinero pierda prácticamente todo su valor, como ocurrió en Alemania después de la Primera Guerra Mundial.
Consecuencias de la inflación
A nivel macroeconómico, la inflación afecta al crecimiento de un país porque, al aumentar los precios, el poder adquisitivo de las personas disminuye. Esto puede llevar a una caída del consumo, lo que afecta negativamente la producción y la inversión. Sin embargo, una inflación controlada y moderada, en torno al 2% anual, es vista como positiva para la economía, ya que evita el riesgo de deflación y refleja un crecimiento económico sostenido.
Para los ciudadanos, la inflación degrada el poder adquisitivo de los ingresos y los ahorros. Si los salarios no aumentan al mismo ritmo que los precios, las personas experimentan una pérdida real de su capacidad de compra. Esto se refleja en situaciones cotidianas como hacer las compras en el supermercado, donde con el tiempo, el dinero alcanza para menos productos que antes.
Cuando el dinero no se invierte o no se ajusta a la inflación, su valor se va deteriorando. Por ejemplo, si se deja el dinero "bajo el colchón" durante un año en el que la inflación ha sido del 5%, ese dinero habrá perdido un 5% de su capacidad de compra. En otras palabras, la inflación "se come" los ahorros si no se toman medidas para protegerlos.
¿Cómo protegerse de la inflación?
Para cuidar tus ahorros, una opción es invertir en productos financieros que te den mejores rendimientos que la inflación. En Chile, los fondos de inversión en UF son una alternativa, ya que la Unidad de Fomento está ajustada a la inflación, lo que garantiza que el valor de los ahorros se mantenga en el tiempo.
Otra opción es invertir en instrumentos que ofrezcan una tasa de interés superior al IPC, como depósitos a plazo o ciertos bonos. Además, los trabajadores pueden proteger sus ingresos asegurándose de que su salario sea reajustado de acuerdo con el mismo índice. Esto no implica un aumento en el poder adquisitivo, sino que simplemente mantiene el valor real de los ingresos.
La inflación es algo que puede afectar tanto la economía de un país como nuestras finanzas personales. Entender cómo se genera y cómo puede impactar tu bolsillo es esencial para tomar decisiones informadas sobre el ahorro y la inversión.
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