Los bonos de fin de año son una excelente oportunidad para mejorar tus finanzas personales. Aunque puede ser tentador gastarlo en compras inmediatas, destinar este ingreso adicional a un Ahorro Previsional Voluntario (APV), herramienta que incrementa tus ahorros y ofrece beneficios tributarios, podría ser una de las mejores decisiones para tu futuro.
El Ahorro Previsional Voluntario (APV) es un instrumento pensado para mejorar tu pensión futura, orientado a trabajadores que quieren incrementar el monto de su jubilación a través de aportes adicionales al sistema previsional. Lo que hace único al APV son sus beneficios tributarios, ya que te permite reducir la base imponible del Impuesto a la Renta o recibir un aporte estatal dependiendo del régimen que escojas.
Invertir en APV busca garantizar una jubilación más cómoda, ofreciendo también la libertad de elegir dónde y cómo destinar tus ahorros, pudiendo optar entre diversas entidades como AFPs, bancos o compañías de seguros. Además, es una alternativa accesible, ya que permite realizar aportes desde montos pequeños, de manera periódica o en una sola ocasión, como con tu bono de fin de año.
El primer paso es decidir qué porcentaje de tu bono destinarás al APV. No es necesario invertir todo; incluso una porción puede marcar una diferencia significativa en tu futuro financiero, aprovechando los beneficios tributarios y las bondades del interés compuesto generado con los años.
Para ello es importante elegir el régimen tributario que mejor se adapte a tu situación:
Régimen A: Recibes un aporte estatal equivalente al 15% de tus ahorros anuales (con tope de 6 UTM al año), ideal para quienes no pagan impuestos altos.
Régimen B: Opción centrada en quienes tienen ingresos mayores a la tasa marginal de impuestos del 15% (sobre $5.200.000 brutos al mes), lo que permite reducir tu base imponible en el cálculo del Impuesto a la Renta (hasta 600 UF), lo que se traduce en menos impuestos a pagar hoy.
Supongamos que te entregan un bono de $1.000.000 y decides invertir el 50% ($500.000) en un APV bajo el Régimen A: recibirías un aporte estatal de $75.000 (15%), aumentando tu saldo acumulado a $575.000, que seguirá creciendo gracias a los intereses generados por la inversión.
Si optas por el Régimen B y tienes un ingreso anual de $20.000.000, este aporte reducirá tu base imponible a $19.500.000, generando un ahorro fiscal inmediato de $75.000, por lo que entre más alto sea este número, menor será el monto de impuestos a pagar durante el año.
Además de los beneficios tributarios, el APV te permite:
Inversiones Security, por ejemplo, ofrece alternativas de APV que se adaptan a diversos perfiles de ahorro, como fondos conservadores hasta más agresivos, ayudándote a maximizar tus recursos a largo plazo.
También existe la posibilidad de poder contratar un seguro de vida con APV, servicio que ofrece Vida Security y te permite cuidar tu futuro y ahorrar al mismo tiempo.
Destinar parte de tu bono de fin de año a un APV es sin dudas una decisión inteligente; un paso importante hacia la construcción de un futuro financiero más sólido. Aprovecha los beneficios tributarios, la rentabilidad de largo plazo y la tranquilidad de saber que estás invirtiendo en tu bienestar. Recuerda: el mejor momento para comenzar a planificar tu jubilación es hoy.