Aunque el presidente de la Reserva Federal de Estados Unidos destacó la baja que ha mostrado la inflación, que llegó a 3,2% en julio, afirmó que todavía "sigue demasiado alta".
Con todos los ojos del mercado atentos a sus palabras, el esperado discurso de Jerome Powell, presidente de la Reserva Federal de Estados Unidos en Jackson Hole, reafirmó el mensaje restrictivo en torno al futuro de la política monetaria antes de su próximo encuentro el 19 y 20 de septiembre.
En el marco del encuentro anual de banqueros centrales en Wyoming, Powell señaló que pese a que la tasa de inflación haya logrado moderarse recientemente, alcanzando el 3,2%, ésta "sigue siendo demasiado alta", por lo que la Fed está listo para subir las tasas de interés en caso de ser necesario.
La economía norteamericana se ha ralentizado menos de lo proyectado, y el empleo y consumo se han mantenido estables pese a las presiones inflacionarias.
“Estamos preparados para aumentar aún más las tasas si corresponde y pretendemos mantener la política en un nivel restrictivo hasta que estemos seguros de que la inflación está descendiendo de manera sostenible hacia nuestro objetivo”, agregó.
Como parte de sus palabras, el líder de la Reserva Federal destacó los datos de la inflación subyacente en junio y julio, aunque apuntando que son solo el comienzo de lo que se necesitará para genera confianza en que la baja en los precios se afianza de manera sostenida hacia la meta.
“Procederemos con cautela a la hora de decidir si ajustamos aún más la política monetaria o si la mantenemos constante y aguardamos más datos”, subrayó, comprometiéndose además a mantener sus esfuerzos "hasta que el trabajo esté terminado".
En su último encuentro de julio, los funcionarios de la Fed determinaron elevar en 25 puntos la tasa de referencia, la que alcanzó su mayor nivel desde 2001 con un rango de 5,25% y 5,5%. Las apuestas del mercado esperan al menos un incremento adicional para este 2023 en las tres reuniones que restan antes del cierre del año.