Los registros de la Oficina Nacional de Estadísticas en Reino Unido tomaron por sorpresa al mercado con una caída más pronunciada de la inflación, que por meses ha afectado al país y que ha forzado al Banco de Inglaterra a endurecer su política monetaria y llevar las tasas a su actual 5,25%.
De acuerdo a los registros, en agosto la variación mensual de los precios a los consumidores fue de 0,3%, mientras que la inflación subyacente-que excluye del cálculo la volatilidad en el precio de la energía y los alimentos- sufrió un aumento de 0,1%, ambas cifras muy por debajo de los incrementos de 0,7% y 0,6% que proyectaban los mercados para el octavo mes del año.
Con esto, la inflación a doce meses bajó en agosto del 6,8% a 6,7%, su nivel más bajo en 18 meses, y la subyacente pasó de 6,9% a 6,2%.
En detalle, el aumento de 3,8% en el precio del petróleo durante el mes empujó al alza los precios, contrarrestado parcialmente por el retroceso en los servicios y alimentos y bebidas.
Con esta inesperada caída en la inflación interanual las miradas se enfocan en la reunión de mañana del banco central, en donde el consenso del mercado sólo ve dos opciones: pausar las alzas consecutivas en la tasa de interés o aplicar un nuevo incremento de 25 puntos, que dejaría la tasa en 5,5% llegando a su mayor nivel desde 2008.