Presidente de la FED reafirmó el compromiso por contener la inflación y devolverla a su rango objetivo de 2%, advirtiendo que podrían ser necesarios nuevos aumentos en las tasas de interés en las próximas reuniones del organismo.
Este viernes todas las miradas del mundo financiero internacional estuvieron puestas en el esperado discurso del Presidente de la Reserva Federal de Estados Unidos (FED), Jerome Powell, en la inauguración de tradicional simposio de Jackson Hole en Wyoming.
En la cita, que congrega a representantes de los principales bancos centrales del mundo - incluida la presidenta del Banco Central de Chile, Rosanna Costa-, académicos y accionistas de Wall Street, Powell reafirmó una vez más el compromiso de la FED de trabajar para contener la inflación y devolverla a su rango objetivo de 2%, además de dar luces respecto a nuevos ajustes en la política monetaria de la potencia norteamericana.
"Restaurar la estabilidad de precios probablemente requerirá mantener una postura de política restrictiva durante algún tiempo", dijo Powell en sus declaraciones, agregando que restablecer la meta inflacionaria es el "objetivo principal del banco central en este momento", pese a que estas decisiones afecten a los consumidores y las empresas.
Frente a este escenario, Powell adelantó que podría ser necesario un nuevo aumento "inusualmente grande" de los tipos de interés en las próximas reuniones de la FED, la más pronta a realizarse durante septiembre.
“Nuestra decisión en la reunión de septiembre dependerá de la totalidad de los datos que lleguen y de la evolución de las perspectivas”, dijo. Restaurar la estabilidad de los precios requerirá un período “sostenido” de crecimiento por debajo de la tendencia y un mercado laboral más débil, puntualizó Powell, sumando que "aunque unos tipos de interés más altos, un crecimiento más lento y unas condiciones del mercado laboral más blandas reducirán la inflación, también supondrán cierto dolor para los hogares y las empresas”. “
Las declaraciones de Powell en el retiro, se producen en un momento en que los banqueros centrales estadounidenses se enfrentan a la mayor inflación de los últimos 40 años. En doce meses los precios al consumidor se han elevado 6,3% de acuerdo a los datos de julio, lo que ha llevado a la Reserva Federal a aumentar en 75 puntos la tasa de interés en sus últimas dos reuniones de política monetaria.