El Banco Central estimó que la caída corresponde a los efectos de la emergencia sanitaria, sobre todo en los sectores servicios y construcción.
Esta mañana el Banco Central publicó el Indicador Mensual de Actividad Económica (Imacec) de julio, que registró una caída de 10,7% en comparación con el mismo mes de 2019.
En el comunicado, el Banco Central explicó que “el resultado del mes se vio impactado por los efectos de la emergencia sanitaria. En este contexto, las actividades más afectadas fueron los servicios y la construcción, y, en menor medida, el comercio y la industria manufacturera. En los servicios, destacaron las caídas de transporte, restaurantes y hoteles, y servicios empresariales”.
Por otro lado, el Imacec minero reflejó un crecimiento de 1,4%, mientras que el no minero tuvo una caída de 12%.
En tanto, los números desestacionalizados del Imacec fueron azules, “la serie desestacionalizada creció 1,7% respecto del mes precedente y disminuyó 12,9% en doce meses”.
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Análisis Departamento de Estudios:
En definitiva, la actividad económica sigue con una recuperación algo más rápida de lo previsto, lo que respondería al mayor impulso externo, a la gradual flexibilización de las restricciones sanitarias y a la buena capacidad de reactivación que ha mostrado en episodios previos.
De hecho, con las cifras de julio es muy probable que la expectativa del consenso para el PIB del año vuelva a subir, además de ir disminuyendo los escenarios más extremos de hasta -8% acorde a la Encuesta de Expectativas Económicas de julio y de -7,5% previsto en el IPoM de junio. De hecho, el Banco Central modificaría esa proyección en el IPoM de mañana.
Nuestra proyección se mantiene en una caída de -5%, porque si bien las restricciones a la movilidad han sido más extensas a lo previsto, sería compensado con el mayor impulso externo y el efecto positivo (de corto plazo) de un mayor gasto derivado del retiro de fondos previsionales.