En su informe respecto a la situación macroeconómica para el próximo año, el Departamento de Estudios anticipa que se afianzan las perspectivas de un muy mal desempeño de la actividad económica, lo que marcará un deterioro en el mercado laboral. Caída rápida en la inflación en los próximos doce meses llevaría a la TPM a 6% a fines de 2023.
El escenario externo, la fuerte corrección en el crecimiento y la caída esperada de la inflación son parte de los temas que analiza el informe realizado por el Departamento de Estudios de Inversiones Security, exponiendo su visión respecto al desempeño de los principales indicadores macroeconómicos en 2023.
El análisis comienza haciendo hincapié en el deterioro significativo que ha mostrado el panorama económico externo durante los últimos meses. En este ámbito, destacan que ante el aumento de la inflación a nivel global, los bancos centrales debieron retirar los estímulos monetarios a una velocidad y magnitud mayor a la prevista, especialmente la Reserva Federal. Como consecuencia de estas decisiones, "las tasas de interés subieron, el dólar se apreció, los precios de las materias primas bajaron, y la percepción de riesgo aumentó, tornando las condiciones financieras externas muy desfavorables". Incluso, de acuerdo a los cálculos de Inversiones Security, un alza de 100 puntos base en este índice resta cerca de 1 punto porcentual al crecimiento del Producto Interno Bruto local.
Con la caída más rápida de los precios de las materias primas –y del cobre en particular- los términos de intercambio se han deteriorado más rápido de lo previsto a principio de año. Todo ello ha llevado a una baja en el crecimiento global de este año hasta 2,5%-3% y de las perspectivas para el próximo que se ubican en torno a 2%.
Con esta pérdida del impulso externo, se afianza la perspectiva de un muy mal desempeño de la actividad económica, que si bien hasta junio de este año estaba prácticamente estancada, los primeros antecedentes del segundo semestre muestran una incipiente desaceleración. De esta forma, "prevemos que la moderación que está experimentando la economía se agudizará en la segunda mitad de 2022 y se prolongaría hasta al menos mediados de 2023, lo que llevaría al PIB a una contracción de -1% en el año en su conjunto, en línea con el consenso de mercado".
Complejo mercado laboral y moderación de la inflación
Una de las consecuencias de la caída de la actividad económica es un deterioro del mercado laboral, que ya se ha evidenciado en un estancamiento en la creación de empleos de los últimos meses, lo que se extendería hasta fin de año e incluso podría exhibir una caída en los próximos trimestres. Esto en un contexto de normalización adicional de la fuerza de trabajo impulsaría al alza la tasa de desempleo, hasta un 10%. Por su parte, también se observaría una moderación de los salarios, desde un alza promedio cercana a 10% este año hasta 6% en 2023.
Esta inminente caída del gasto interno, y la consecuente mayor brecha de capacidad, junto con la menor inflación externa, llevarían a una significativa moderación de la inflación hasta 3% hacia diciembre de 2023, más pronunciada que lo implícito en los precios de mercado que apuntan a un 4,5%.
De hecho, las expectativas de inflación de corto y mediano plazo que subieron significativamente desde mediados de 2021, han comenzado a caer de manera relevante en el último mes, validando la visión respecto a que la moderación del gasto impulsará a la baja la tendencia inflacionaria. "Con todo, estimamos que a las expectativas inflacionarias todavía les queda espacio por corregir para llegar a niveles más coherentes con la meta de 3%", señala el informe.
Rápida baja en la TPM
En este contexto, el Banco Central en su última reunión de política monetaria este mes de octubre señaló que el nivel actual de la Tasas de Política Monetaria (TPM) sería el techo en el ciclo actual, y que se mantendría ahí el tiempo necesario para lograr la convergencia de la inflación a la meta. "Dado nuestro escenario de una caída rápida de la inflación, prevemos que la TPM comenzaría a bajar hacia fines del primer trimestre de 2023", señala el Departamento de Estudios, anticipando recortes de 75 puntos base por reunión, para llegar a 6% a fines del próximo año y a 3,5% hacia fines de 2024. Esto contrasta con lo implícito en los precios de mercado, que consideran una caída bastante más lenta.
Las tasas nominales cortas irían acompañando la trayectoria de la TPM, mientras que las tasas de mediano y largo plazo (BCP5 y BCP10) se quedarían con un premio por plazo mayor a los históricos, frente al difícil panorama fiscal que se avecina.
Respecto a la disciplina fiscal, en tanto, la buena noticia es que este año no gastó la mejor recaudación fiscal proveniente de una mejor Operación Renta de lo previsto y algunos factores puntuales. Esto significará que el gobierno termine el año con un superávit del orden de 1% del PIB. "El desafío es mantener la disciplina fiscal en los próximos años y reducir el balance estructural. Ya para 2023 la Ley de Presupuesto considera un gasto fiscal de 4%-4,5% real, frente a un PIB que cae, por lo que nuevamente se volvería a una posición deficitaria".