Las startups son empresas emergentes con grandes posibilidades de crecimiento, que basan su modelo de negocio en la innovación y el uso de nuevas tecnologías. La cultura empresarial de estas organizaciones se asocia a Silicon Valley (Estados Unidos), sede de compañías importantes como Apple y Google.
Se suele confundir a las startups con emprendimientos o medianas empresas, pero existen varias diferencias entre sus modelos de negocio. Por ejemplo, éstas aplican tecnologías de la información y la comunicación (TIC), referente a todas aquellas herramientas (aplicaciones, programas, dispositivos, etc.) que permiten procesar y transmitir información de manera eficiente, por lo que dentro de las TIC se incluyen áreas de estudio, como la informática y las telecomunicaciones.
Las startups se distinguen por su modelo escalable, buscando crecer rápida y sostenidamente en el tiempo, y ampliarse globalmente. Por otro lado, los emprendimientos suelen orientar su negocio en el terreno local o nacional.
Llegado a este punto, se entiende que las empresas emergentes están diseñadas para progresar rápido bajo el amparo de una propuesta moderna, atípica, para convertirse en un negocio rentable. Este marco estratégico es cada vez más popular, sin embargo, involucra un alto nivel de riesgo.
Según el estudio LatAm Digital Report 2023 de Mckinsey & Company, el 33% de las startups en Latinoamérica han visto descender las inversiones. La falta de certeza es un factor que aleja a quienes podrían contribuir en esta industria, puesto que muchos privilegian la seguridad de un negocio con evidencia de sus resultados. Muchas de las startups no tienen un público comercial definido y, al basar su modelo de negocios en la innovación, sus ideas no han sido puestas a prueba en el mercado.
Puesto que la demanda es incierta, ofrecer un elemento nuevo implica un proceso de creación poco tradicional. Por esta razón, es de especial ayuda el product market fit, que se traduce al español como el “proceso de ajustar el producto al mercado”, cuyo fin es analizar qué tan viable y provechosa es la idea de negocio realmente.
De acuerdo con la Organización para la Cooperación y el Desarrollo (OCDE), una startup puede transformarse en scaleup si crece en un 20% en facturación o en número de empleados durante tres años consecutivos. De esta forma, las scaleups surgen como una evolución de las startups. Sin embargo, hay otras formas de diferenciarlas:
- Little Ponys: startups valoradas sobre los USD 10 millones
- Centauros: startups valoradas sobre los USD 100 millones
- Unicornios: startups valoradas sobre los USD 1.000 millones
- Camello: a diferencia de los unicornios, las startups camello buscan el equilibrio entre su crecimiento y la sostenibilidad. La metáfora nace porque los camellos viven en el desierto y pueden estar mucho tiempo sin agua ni comida.