El Fondo Monetario Internacional (FMI) es una entidad financiera que vela por la estabilidad y crecimiento económico global. La institución, fundada en 1945 tras la Gran Depresión y la Segunda Guerra Mundial, pertenece a la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y se ha convertido en prestamista de países en crisis.
Los préstamos del FMI se otorgan exclusivamente para prevenir la desestabilización económica de los países, o bien, en casos de crisis. Por ejemplo, un gobierno con exceso de deudas, incapaz de costear importaciones, o con una cantidad considerable de instituciones financieras sin valor, es un ejemplo donde podría aplicar la activación de un préstamo de este alcance.
Los desastres naturales y cambios bruscos del mercado internacional también son factores considerados como causales de retracción económica. Debido al alto capital necesario para costear este tipo de emergencias, estos préstamos se dividen en tres “líneas de defensa”, la primera y más importante son las cuotas.
Préstamos basados en cuotas
La principal fuente de recursos de la institución proviene de la suscripción de los 190 países adheridos, que pagan cuotas dependiendo de su posición en la economía mundial. El monto determina el compromiso del gobierno con la entidad, así como su acceso a financiamiento y el poder de voto en las decisiones. Estados Unidos es el mayor aportante, seguido por Japón y China.
Las cuotas se denominan en Derechos Especiales de Giro (DEG), unidad exclusiva del FMI, y se pagan en intervalos acordados entre el organismo y el país. Para hacer el cálculo del monto se considera la apertura comercial y el Producto Interno Bruto (PIB), entre otras variables. Las naciones pueden solicitar hasta el 200% de su membresía como préstamo al año. Sin embargo, cada caso es excepcional.
En 2022 el Fondo Monetario aprobó una Línea de Crédito Flexible (LCF) por US$ 18.500 millones para Chile, equivalente al 800% del costo de la suscripción de ese momento. Esta línea permite aumentar la liquidez internacional del país ante eventos adversos externos de gran magnitud, como el deterioro de la economía a nivel global.
En el marco de la Decimosexta Revisión General de Cuotas, que realiza la FMI cada cinco años, el valor de la membresía (de todos los países) se elevó hasta un 50% en diciembre de 2023, para aumentar los recursos permanentes del organismo. Aun así, las decisiones de la junta no son estrictas y se aplican de diferente manera a cada nación. La cuota de Chile quedó en aproximadamente 2.758 mil millones de pesos (2.617 DEG).
Préstamos de emergencia
Pero si las reservas no son suficientes para solventar el gasto que implica una crisis, la entidad puede complementar el monto de un préstamo (proveniente de las cuotas) con créditos multilaterales. En esta segunda línea de defensa, están los Nuevos Acuerdos para la Obtención de Préstamos (NAP), fondos de la reserva general del FMI y disponibles para todos los miembros.
Como última opción, en tercera línea de defensa, se encuentran los acuerdos bilaterales de préstamo (ABP). Hacer uso de estos recursos no es común, puesto que es dinero de un país o grupo de países dispuestos a contribuir a solventar este tipo de créditos.
Entre los beneficios de los préstamos del FMI están las tasas de interés cero, política destinada a territorios de bajos ingresos. Los países acreedores suelen obtener un acompañamiento de medidas correctivas para incentivar la confianza de los inversionistas, y un plazo de reembolso flexible a sus tiempos.
Aunque el Fondo Monetario tiene una capacidad de aproximadamente USD 1 billón, para activar un préstamo se necesita que el 85% de la Junta de Gobernadores esté de acuerdo. En ella, participan los gobernadores de los países adheridos, quienes suelen ser ministros de Hacienda o la máxima autoridad del Banco Central. El economista Luis Óscar Herrera representa actualmente a Chile.