Para este 2023 el organismo espera un nulo crecimiento de la economía, mientras que en 2024 proyectan que el avance sea de 1,8%.
La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), actualizó sus estimaciones para la economía nacional para este y el próximo año. ¿El resultado? Números rojos y azules.
Así, el organismo internacional mejoró sus expectativas para el Producto Interno Bruto (PIB) este 2023, anticipando que este 2023 la economía chilena presentará un nulo crecimiento. Esto significa un aumento frente a la caída de -0,1% que proyectaron en junio y la baja -0,5% que proyectaban hace doce meses.
Para 2024, en cambio, la situación es opuesta, con un reajuste a la baja en las proyecciones. Si en junio esperaban que la economía avanzara 1,9% en el próximo año, la visión hoy es que el aumento llegará solo a 1,8%. Para 2025, en tanto, esperan un alza de 2,1%.
“La subida de los salarios reales, debido a la menor inflación, y el descenso de las tasas de interés permitirán que el consumo se recupere en 2024. La confianza empresarial ha mejorado, pero la incertidumbre política lastrará el crecimiento de la inversión a principios de 2024″, explicó la OCDE en su reporte.
Por otro lado, el organismo también indicó que las presiones inflacionarias continuarán retrocediendo y que el Banco Central seguirá reduciendo las tasas de interés en sus próximas reuniones de política monetaria.
“El banco central seguirá relajando la política monetaria y alcanzará una posición neutral a finales de 2024. La política fiscal continuará siendo ligeramente expansiva, con un nivel de gasto acorde a la regla fiscal y unos ingresos procedentes de la minería y de un nuevo canon minero que contribuirán a generar un déficit moderado. La deuda pública se mantendrá en niveles manejables”, afirmaron.
Asimismo, señalaron que Chile requiere un sistema tributario más progresivo y apuntaron que la transición hacia energías renovables es una oportunidad para el país.
“La recaudación tributaria es baja para los estándares de la OCDE y la proporción de la población que paga el impuesto sobre la renta es muy reducida. Es necesario adoptar un sistema tributario más progresivo, junto con mejoras en la administración fiscal, para aumentar los ingresos procedentes de los impuestos sobre los inmuebles y las personas físicas”, sostuvieron.